domingo, 11 de mayo de 2008

Espejo

Leer mientras se escucha:




En realidad es más complejo robar historias que escribirlas uno mismo. Si, quizás suene absurdo; pero siempre ataca la moral en el momento en que un pequeño párrafo, una frase o, aunque complejo, una palabra utilizada, va a ser robada. Si, no es nada fácil. Mas bien uno tiene que pensarlo mucho antes de hacerlo; pero claro siempre existen los intereses económicos y familiares interponiéndose. Y no siempre son tan importantes, como ganar un concurso, las horas sentado en el borde, convirtiendo cada detalle horrible en una pequeña historia que no vamos a escribir.

Espero entonces ya se hallan dado cuenta de que este mismo texto es un robo. Si no se ha dado cuenta, entonces se los digo: Estoy copiando textualmente esto de un libro ya impreso. Es que, en realidad, hay una explicación coherente: Un jueves de esos en que me preocupaba solamente en escribir, en las hojas que me sobraban, las mejores formas para matar a todos mis amigos «Componentes…». No, no muchas veces funcionaban, más cuando no podía siquiera llevarlos a cabo. En realidad no es lo que quiero explicar (o algo que el autor real de este texto quiere explicar), lo que quiero decir es que: Un jueves estaba buscando una de las famosas hojas amarillas que guardaba, y mientras la mano derecha hacía un circulo sobre la repisa encontré, por casualidad, un libro bastante corto, algo nuevo, sin el olor a tierra de páginas que me encantaba. Repasé rápidamente las páginas de atrás para adelante, encontré un señalador rojo y negro, lo saqué. Supuse que en algún momento había estado leyendo esto que ahora estoy robando. Miré la primer página: En blanco (no tenía dedicatoria, una satisfacción). Las tres páginas contiguas tenían información de la edición y la fecha de impresión. Entonces apareció lo primero que me sorprendió: A Liliana Ponce (el resto de la página se mostraba en silencio). Supongo que ya en la página ocho apareció esto: En realidad es más complejo… Me pareció maravilloso como alguien soy capaz de escribir esto. Sentí la torpe necesidad de reproducirlo, de expandirlo. Las posibilidades eran pocas: Decidí entonces, sabiendo que no era una de las posibilidades, que debía copiarlo. Y muchas veces supe que no era una forma coherente para la masificación; pero en el remoto caso de que mientras lo robaba cumpliera con el cometido real del autor y, tomando una de las posibilidades anteriores, lograra que alguien más que el autor original y yo lo leyéremos. Algo así como una enseñanza oculta.

Hay, todavía, un detalle más escalofriante: Exactamente en el medio del libro había pegada una hoja que contrastaba con el resto de páginas. De hecho era más vieja, estaba escrita con lápiz. Algo de indignación (supongo) me atacó, me detuve ahí y empecé a leer.

Jueves 17 de agosto: Noel llega a la parada, como siempre, a las 8:30. Esperar con el martillo preparado.

No, no conocía y ningún Noel, y mis planes no incluían amanecer, ni martillos (que poco estético puede ser escuchar los gritos de las señoras mientras la sangre de Noel se escurre por el plástico; que supuestamente nos protege de la lluvia en esas paradas; La policía preguntando cosas como «¿Usted es …?», o la mueca violenta de mi rostro justo en el momento en el que me doy cuenta que realmente no aprecio tanto a Noel como para destruirle la cabeza con un martillo. Si, el martillo, en si, es antiestético). No, ese no era mi plan; pero era una de mis hojas.



Mensaje Subliminal: Mientras tanto seguimos siendo la Blank Generetion. Y por mucho tiempo más.

6 comentarios:

Tomás dijo...

Copiar...es tarea fácil! Sobretodo cuando miles de personas te dicen: "¡qué parecido a Cortazar!" o mi favorita "me parece haberlo leído en algún lado". Manga de forros, el plagio está de moda y sí, todas las protagonistas son unas forritas histéricas que viven desapareciendo. El día que dejen de hacerlo (en la vida real, claro) dejaré de escribir así, mientras tanto... Y es que yo no tengo la culpa de que lo que escriba sea un vil reflejo de mi mismo...
Feos, no fueron a la feria. Morirán acribillados por la policía de la moda, fóes.

Manuel Chinaski dijo...

Es sólo una cuestión de apropiación no?
simplemente cuando un texto llega a tocarte se convierte en tuyo
lo mismo digo con las canciones, y toda creación artística. Que importa más quién escribio o lo que significan esas palabras para cada uno.
un abrazo

Barrabasada dijo...

Excelente.


la cage porque escuchaba palo pandolfo tazas de te chino ....vale para este cuento ambien creo-


en serio me gusto mas que el resto ...creo que se aleja un poco de la vision juvenil punk que (tambien me gusta)tienen el resto de los cuentos ...
es mas maduro ... mas borgesiano...por no decir borgista.
de diez.

Anónimo dijo...

No lo leí, lo miré así de pasadita, y creo que ya lo he leído antes, pero lo comprobaré después.
Ahora sólo paso a decir que se me parte la cabeza (cerebro esponjoso ha vuelto) y que te amo y necesito que estés acá para que alguien cuide de mi idiotez.


Grr, malditos los aplicados.

Anónimo dijo...

Hey, esto está hace mucho acá che.

Digo, no sé.
Epa, sos amigo de Bukowski vos eh.

Tomás dijo...

¡Actualizá, Alfonsina, actualizá!