viernes, 1 de marzo de 2013

La pista Siria


Perdoname, hijo.
Hemos venido a fracasar.
Es solo el humo de los años,
el barro de nuestros padres
y comerciantes
hablando de fútbol.
Dejame, igualmente,
tentarte a desenmarañar
mi frustración
y los ecos que vuelven
como álamos de ruta.
La mugre de tus manos en mi piel
y los refuerzos firmando planillas en la frontera
y los instantes monocorde
cuando creo que te vas a morir.

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