martes, 3 de noviembre de 2009

El invierno



No soy bueno con las descripciones, como vos ya sabrás; así que voy a ser breve y no voy a dar muchas vueltas: Las veredas rojas son insoportables, como hipnóticas; pero de una forma horrible, no como el fuego o los caleidoscopios o el humo de un sahumerio de vainilla. No puedo evitar que la mirada se acomode ahí mientras camino.

El tema es que Martí estuvo preso en – la voz se traba y da vueltas, un poco torpe – en…¿Qué te estaba diciendo?.
Que José M. estuvo pre…- no puedo escuchar muy bien, y te acercás. Estás más grande, más seria quizás. Un pulóver violeta cae hasta el principio de tus manitos blancas –…so en.
Si, si. En el año milochocientosnoventaynomeacuerdo – Solamente me puedo acordar de 1998, de los bakstritbois y en la pelotudés neoneoneoliberal – por escribir un tipofanzine en contra del gobierno.


Muchas veces intenté acabar con ese horrible tick; pero se me escapa cuando me pongo nervioso, mientras intento ser gracioso y quedo como un boludo o simplemente-todo-el-invierno. Manos a los bolsillos abarrotados de papeles y tabaco suelto y la golpiza de la llovizna en los ojos, recién levantado.
Te cuento esto y supongo que vos conocés Mendoza, conocés el invierno y las veredas corroídas y las baldosas flojas y la re puta que las re mil parió.

Aún preso, y sometido a los trabajos forzados, Martí, tiene la lucidez de escribirle a su madre: – creo que todos se dieron cuenta que cambié el tono de voz cuando pasaste por al lado; se desinfló un poco – “El amor a la patria, madre, no es el amor a la tierra que pisan tus pies, es el odio inmenso a quien la oprime”

Por suerte hay un lugar cómodo acá, lejos, a una calle repleta de colectivos de distancia; pero puedo verte y vos no te vas a dar ni cuenta. O si, no importa. Porque vas a verme y ni te vas a acordar del Flaquito Fumador Fanático de Rodriguez que alguna vez te cotejó. Vas a cruzar la mirada, desde mis pómulos hasta la otra esquina. Si ahí está la plaza Italia. Amo esa plaza ¿Querés que nos besemos ahí algún día?

Yo creo que Cuba, por eso y por otras cosas, es el país más pintoresco del mundo – tengo miedo de darme vuelta; porque quizás estés ahí mirando, o solamente te vallas alejando, con un paso cansino, un poco arrastrado – su más grande prócer es un poeta ¿Dónde más?.

1 comentario:

Barrabasada dijo...

GENIAL!
de lo mejor que he leido.